miércoles, febrero 16, 2005

Investigación / La importancia de la fotografía en el periodismo

1. "Fotoperiodismo: desde la fotografía a la postfotografía"

Las últimas décadas del siglo XIX marcan el comienzo de una nueva era. Una era contextualizada por la creciente tecnificación de los procesos productivos, en la cual aparecen movimientos plásticos literarios tales como el Modernismo, movimiento que se desarrolla entre la introducción del motor eléctrico y la invención de la fotografía. Esta situación, en el campo de las comunicaciones, facilita una vertiginosa expansión de la producción y consumo de información. De hecho, es en este período cuando Graham Bell inventa el teléfono (1876), y también cuando en 1880 la red mundial de ferrocarriles se extiende en 371.000 kilómetros, coincidiendo con el hecho de que por primera vez es publicada una fotografía en un periódico norteamericano.
De este modo, la fotografía nace en el seno de una cultura burguesa alimentada con el combustible de los negocios. Desde su aparición, encerraba en sí misma la potencialidad para ser reproductible. Por lo menos esto es así en el proyecto fotográfico tal como la aborda Niepce, ya que ahí la fotografía aparece como hija de la litografía introducida en Francia en 1814. Sin embargo, Daguerre se adelanta el 3 de julio de 1839, fecha en la que el procedimiento llamado Daguerrotipo fue proclamado ante la Cámara de Diputados de Francia y ratificada el 19 de agosto de ese mismo año ante la Academia de Ciencias y Letras.
El Hombre, que desde la Edad Media había crecido introvertido, irremisiblemente aprisionado en "la caverna platónica", con el daguerrotipo descubre su medio ambiente. En la segunda mitad del siglo XIX abre sus ojos, se extiende su mirada y rápidamente desarrolla una avidez por las imágenes. Los hábitos de abstracciones verbales se detuvieron ahora y son cambiados por una riqueza de impactos visuales: "el pensar se interrumpe por el ver". La especulación sobre tal o cual tema se adorna con la pertinente documentación. La imagen ha llegado a ser socio y rival del mundo. De este modo, se ha instalado la mirada fotográfica, esa nueva mirada que cambia los términos del confinamiento en dicha caverna, al enseñarnos un nuevo código visual; las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de que vale la pena mirar y que tenemos derecho a observar.
A partir de la fotografía, las características perceptivas experimentan una tendencia sensorial hegemónica de la vista: "el ojo es más rápido captando que la mano dibujando". Desde ese momento estamos en presencia de nuevos sensorium y progresivamente hemos llegado, sin darnos cuenta, a habitar un paisaje superpoblado de imágenes, todas ellas reproducibles, comercializables, virtuales, retóricas y fragmentarias.
Como dijimos anteriormente, esto comienza el 15 de abril de 1848, cuando el "Illustrated London News" publica la primera imagen copiada manualmente desde una fotografía. Más tarde, el 4 de marzo de 1880, se publica por primera vez una fotografía de Stephen H. Horgan en el "New York Daily Graphic", bajo el título "A scene in Shanty Town" (barracas). A partir de este momento, pasaran algunos años en los cuales no se dan las condiciones mínimas para que la fotografía se incorpore al material sobre el que se establece la agenda que hace cuajar el discurso periodístico, en efecto, sería a finales del siglo XIX cuando localizamos diarios como el "Daily Mail" se caracterizan por usar regular y sistemáticamente fotografías. En 1904 se funda la primera agencia, "Illustrated Journals Photographic Supply Company". Luego, a inicios de la década, en 1904, el "Daily Mirror" de Inglaterra anuncia que sólo publicará imágenes fotográficas en sus páginas, el ejemplo será seguido por el "Daily News" de Nueva York, en 1919. Por el contrario, los semanarios y revistas mensuales, que tienen más tiempo para preparar sus ediciones, publican fotografías desde 1885.
La introducción de la fotografía en la prensa es un fenómeno de capital importancia. Cambia la visión de las masas. Hasta entonces, el hombre común podía visualizar los hechos que ocurrían a su alrededor inmediato, en su calle en su pueblo. Con la fotografía masificada se abre una ventana al mundo. Los rostros de los personajes públicos, los acontecimientos que tienen lugar en el mismo país e incluso más allá de las fronteras se vuelven progresivamente familiares. De esta forma, al abarcar más la mirada, el mundo se encoge. La palabra escrita es abstracta, mientras que la fotografía es reflejo concreto del mundo donde cada uno vive: Si bien es cierto que la imagen no es lo real, es por lo menos un "analogon" que se acerca a lo perfecto, y es precisamente esa perfección analógica lo que para el sentido común define a la fotografía.
Si bien desde sus aplicaciones fundacionales de la fotografía, se había intentado fijar acontecimientos públicos o de interés público en las placas, por ejemplo, Roger Fenton y sus fotografías de la guerra de Crimea en 1855, o el fotógrafo Matthew B. Brady y sus colaboradores en la guerra civil norteamericana que se desarrolla entre los años 1861 a 1865, no sería hasta principios de este siglo cuando se han establecido todas las condiciones necesarias, que permitirán el desarrollo de un género fotográfico con características particulares y que sería denominado fotoperiodismo.
Este género fotográfico inaugura los "Mass Media" visuales, logrando que el retrato individual sea sustituido por el retrato colectivo y, al mismo tiempo, se convierte en un poderoso medio de propaganda y manipulación. Sin embargo, hay que tener claro que desde el comienzo el mundo de las imágenes impresas funciona de acuerdo a los intereses de quienes son los propietarios de la prensa: la industria, el mundo de las finanzas o los poderes fácticos y gobiernos. Para que el fotoperiodismo pudiese acceder a la condición de verdadero "massmedium", era necesario que sus imágenes pudiesen difundirse socialmente en soportes periodísticos. Estos tienen un costo que es necesario cubrir y de este modo entraríamos definitivamente a estar mundialmente en presencia del llamado "periodismo moderno". Esta nueva forma de periodismo se rige por criterios de empresa, lo que en la práctica significa que aquello que vio alguna vez la mirada privilegiada de un fotógrafo, muchas veces en condiciones difíciles, si queremos que sea visto por millones de personas, lo será sólo en la medida que halla una negociación entre los productores de la información y los difusores de ésta, pero fundamentalmente a partir de las reglas impuestas por los propietarios de los medios y el mercado.
Es curioso constatar que la aparición o inclusión de la fotografía en la prensa, coincide históricamente con el desarrollo del periodismo moderno, el que contribuirá en una buena medida a establecer parte de las constantes que definen el discurso periodístico de masas, por ejemplo, la asunción de un papel modelador y al mismo tiempo movilizador por parte de la prensa, en donde se trata de dirimir y decidir lo que le conviene a la sociedad y tratar de incidir en su transformación y formación de su identidad colectiva.
Un hito cuantitativo de un medio impreso que publicaba gran cantidad de fotografías y de muy buena calidad, es el que se produce en 1936 con la revista "Life". En efecto, tres años después que Hitler toma el poder de Alemania y que pone "en orden" a las revistas y al conjunto de la prensa, aparece en Estados Unidos el primer número de una revista que llegaría a ser la más importante en su género en el mundo. El tiraje inicial fue de 446.000 ejemplares, un año más tarde sería de un millón, hasta alcanzar la cifra de ocho millones en 1972. El mundo fotográfico que se refleja en LIFE estaba lleno de luces con escasas sombras, era un pseudomundo que inspiraba falsas esperanzas a las masas.
La revista estaba enteramente compuesta de fotografías, de muy buen nivel técnico y estético. El estilo que inspiró a los creadores de LIFE, corresponde a un nuevo estilo de fotoperiodismo que había sido inaugurado por revistas alemanas a principios de los años treinta y que luego sería reanudado por la revista francesa "Vu". Dicho estilo permite contar historias en base exclusiva de fotografías, relegando el texto sólo a notas explicativas y pies de fotos. En Chile, LIFE influencia la línea estilística de las revistas "Zig Zag" y "Ercilla".
La fotografía periodística "es un mensaje, es una gramática y aun más importante, una ética de la visión". La mirada fotográfica nos da la sensación que podemos atrapar el mundo entero en nuestras cabezas a través del conjunto de ese mensaje fotográfico-periodístico, que está constituido por una fuente emisora, el canal de transmisión y una fuente receptora o receptor. La fuente emisora es la redacción del periódico, el grupo de técnicos (diagramadores, separadores de colores, fotomecánicos, fotógrafos, etc.). Unos sacan la fotografía, otros la seleccionan, la componen, la tratan, le ponen título, leyenda o pie de foto y la comentan, finalmente otros realizan el tramado y separación de colores y la imprimen. El medio receptor es el público que lee el periódico. Y el canal de transmisión es el periódico mismo, concretamente, una serie de mensajes y textos concurrentes con los cuales la fotografía debe convivir. Se supone que la fotografía es el centro de atención y cuyos contornos están representados por el título, la leyenda, la compaginación y de manera más abstracta, pero no menos significativa, el nombre del diario en la cual ser encuentra, ya que éste encierra una carga semántica de orden estilístico, ideológico y cultural, que puede desviar notablemente la lectura del mensaje fotográfico propiamente tal.
De todas formas hay que considerar que en este proceso de significación hay algún grado de reducción, ya sea en aspectos de proporción, perspectiva, color, como en otros referentes al "corte" de espacio y tiempo inherentes al momento mismo del encuadre y obturación. Sin embargo, pese a esto, para pasar de lo real a la fotografía, no es necesario segmentar esa realidad en unidades y erigir estas mismas en signos sustancialmente diferentes del objeto cuya lectura proponen. "Entre ese objeto y su imagen, no es necesario disponer de un relevo, es decir un código".
En efecto, en una fotografía, al contenido analógico en sí (escena, objeto, paisaje), se suma un mensaje suplementario, que es lo que llamamos corrientemente "estilo" de la reproducción. Se trata en este caso de un sentido secundario, cuyo significante es un cierto tratamiento de la imagen por parte del creador y cuyo significado, ya sea estético o ideológico, remite una cierta cultura de la sociedad que recibe el mensaje.
En un primer nivel de análisis, en la fotografía aparece predominando el carácter puramente denotante, el que además aparece resaltado por la perfección y plenitud de su analogía, lo que le otorga el valor de "objetividad o verosimilitud". Pero a la luz de una revisión más acuciosa, este concepto corre el riesgo de aparecer construido sobre una base mítica, ya que hay una gran probabilidad de que el mensaje fotográfico (especialmente el periodístico) sea connotado más que denotado y por otra parte, que este tipo de fotografía no solamente es percibida o vista, sino también "leída", es decir, que es relacionada más o menos conscientemente por el público con una reserva tradicional de signos. Ahora bien, partiendo del supuesto que todo signo supone la existencia de un código, queda pendiente establecer cuál y cómo opera el código de connotación.
Como definición provisoria, se puede establecer que la connotación, es decir la imposición de un sentido secundario al mensaje fotográfico propiamente tal, se elabora en los diferentes niveles de producción de la fotografía (selección, tratamiento técnico, encuadre, compaginación): es, en suma, una codificación de lo analógico fotográfico.
Respecto a los factores y códigos de recepción que condicionan el impacto de las imágenes fotográficas periodísticas, hay que destacar que una fotografía que trae noticias de crueldades no puede hacer mella en la opinión pública, a menos que halla un contexto apropiado de predisposición y actitud respecto a ésta. Aunque el acontecimiento ha llegado a significar, precisamente algo digno de fotografiarse, "aun es la ideología, en el sentido más amplio, la que determina qué constituye un acontecimiento. En definitiva, lo que determina la posibilidad de ser afectado moralmente por fotografías es la existencia de una conciencia política relevante".

4. El texto y la imagen

Es interesante estudiar el desarrollo y cambios experimentados en los enlaces entre imagen fotográfica y texto explicativo, acerca de lo cual observó W. Benjamin: "El que mira una revista ilustrada recibe de los pies de sus imágenes unas directivas". Esto fue válido en un momento histórico, pero esta situación ha tendido a cambiar.
Antes, la imagen ilustraba al texto (lo hacía más claro); hoy en día el texto hace más pesada la imagen, le impone una cultura, una moral, una imaginación; antes había una reducción del texto a la imagen, hoy, una amplificación de una a otra: la connotación ya no se vive más que como la resonancia natural de la denotación fundamental constituida por la analogía fotográfica. Nos encontramos pues ante un proceso caracterizado de naturalización de lo cultural que determina cierto grado de imposibilidad de que la palabra "refuerce" la imagen, pues en el pasaje de una estructura a otra, se elaboran fatalmente significados secundarios.
En definitiva, la mayoría de las veces, el texto no hace más que amplificar un conjunto de connotaciones que ya están incluidas en la fotografía; pero también a veces, el texto produce o inventa un significado totalmente nuevo y que de alguna manera se proyecta retroactivamente en la imagen, hasta el punto de parecer denotado.

5. La imagen digital y los nuevos escenarios periodísticos
La introducción total y absoluta de las imágenes fotográficas en todas las áreas de la vida social y cultural, y especialmente la de los medios de comunicación de masas, implica también la noción de intertextualidad. Los significados de cualquier imagen fotográfica particular no existen en forma autónoma, sino que relacionadas con todas las demás. Las imágenes fotográficas pertenecen a un entorno denso de imágenes producidas masivamente, objetos simbólicos, espectáculo y signos. Dentro de este entorno, la imagen fotográfica gana su significado por un flujo constante de significados entre imágenes (hace referencia al cine, al cómic, a la fotografía publicitaria, al video clip, etc.). Con las tecnologías digitales y los medios de comunicación masivos, las fronteras entre la fotografía periodística y otros estilos, se hacen cada vez más difusas e híbridas. Los textos fotográficos periodísticos compiten con muchos otros textos y se recrean a partir de imágenes recibidas.
Desde la guerra del Golfo en 1991, nos encontramos en un escenario donde las nuevas tecnologías y sistemas de comunicación han demostrado su eficacia en la "construcción de realidades", en las cuales no está tan nítida la frontera entre virtualidad y realidad objetiva. Nos bombardean con una gran carga de información, que inevitablemente nos lleva a recordar aquella afirmación que plantea que hoy el medio más seguro para neutralizar a alguien no es el de saberlo todo sobre él (como sucede con la obsesión literaria del control policiaco), sino dándole los medios para saber todo sobre todo. Las estrategias del sistema se han invertido, "ya no lo neutralizareis con la represión y el control, sino con la información y la comunicación; lo paralizareis en forma mucho más segura con el exceso de información" (J. Baudrillard).
También a partir de la Guerra del Golfo empieza a materializarse la escisión entre fotoperiodistas - los que toman las fotografías dispuestos a activar sus responsabilidades profesionales -, y los "fotógrafos funcionarios" que realizan actividades de fotoinventario, cuestionando y decidiendo qué y cuándo debe ser publicado, lo que a su vez se articula dentro de estrategias orientadas a la creación de climas adecuados a las necesidades de dominación. Estas estrategias se pueden dividir en tres fases cualitativamente diferentes: la ausencia de imágenes, la sobresaturación de éstas y, la "normalidad".
Nuestra preocupación con respecto a las nuevas tecnologías, entonces, se centra en el grado de verdad de la afirmación de que las tecnologías no obtiene resultados aislados e inevitables ni tampoco surgen de la nada en una cultura; son calculadas, deseadas e inducidas, lo que sugiere que la imagen digital es una abstracción inexorable de lo visual, una tecnología que reubica la visión y la rompe desde el punto de vista del espectador. Sin duda el impacto de la tecnología digital en la producción, la circulación y el consumo de imágenes fotográficas no debe ser tomado demasiado a la ligera, ya que "en la imagen electrónica se gestaría la masificación y el repliegue hacia lo privado". Lo anterior presupone un proceso de "escritura" mucho más complejo en el caso de la posfotografía (o fotografía digital), ya no se trata solamente de un proceso mecánico de registro, sino que de una interpretación discursiva que más bien está dando cuenta de los "mundos posibles" y "pulsionales" del autor; de sus realidades interiores y exteriores.
En el contexto del periodismo moderno, especialmente en el soporte Internet, la fotografía, de acuerdo a lo que hemos visto, adquiere un potencial inusitado, "ha tomado a su cargo muchas de las funciones que el intelectual moderno creía suyas". Los intelectuales de la industria comunicacional, difunden sus opiniones con la misma certidumbre y la misma fuerza impositiva que los intelectuales clásicos, pero con la gran ventaja de poseer audiencias gigantescas y de una adecuación mimética con éstas. En los medios de comunicación masivos, las imágenes seguirán siendo importantes porque median de manera efectiva, y a menudo de forma conmovedora la realidad.
Si consideramos el recorrido seguido en este artículo, a partir de esas imágenes de Daguerre sin mayor posibilidad de transformación (tamaño, formato, reencuadre, etc.), hasta llegar a estas otras imágenes digitales, en las cuales es posible todo tipo de intervención y modificación, inevitablemente nos queda claro que cuando más cerca estuvimos de esa "imagen huella" fue con los daguerrotipos. Ahora en cambio, con la irrupción de las imágenes digitales, asistimos a una profunda revolución visual, que nos ha llevado a convivir con un tipo de imágenes en las cuales se pierde la relación con el referente, más aun, imágenes que son referentes sólo de sí mismas. De este modo, la fotografía se constituye en puro discurso de significantes, que actúa con un perverso tipo de lógica interna que la lleva a integrar el mundo de las mercancías.
La fotografía finalmente ha logrado desprenderse de su dependencia de la luz. Ya no necesita de la materia prima que por 150 años necesitó, tampoco necesita ser registro de la realidad ni "negociar" con los dueños de los medios como se dijo anteriormente. Nosotros somos los que debemos negociar con ella y con el "mundo de las imágenes del mundo", el ciberespacio y la realidad virtual. Frente a esto, ya no podemos seguir pensando en las fotografías periodísticas como reportajes reales generados casualmente sobre cosas del "mundo real" y, reconsiderar aquella frase de 1838, que uso como argumento Daguerre para atraer inversionistas para su incipiente invento: "El daguerrotipo no es meramente un instrumento que sirve para dibujar la naturaleza le da el poder de reproducirse a sí misma...".

martes, febrero 15, 2005

Investigación / Elementos perturbadores de la opinìón pública

EL RUMOR

1. Concepto
Voz que corre entre el público, 2. Ruido confuso de voces, 3. Ruido vago, sordo y continuado.
G. Allport y L. Postman, en el prólogo de Psicología del Rumor definen de la siguiente manera: «un rumor es una proposición especifica para creer, que se pasa de persona a persona, por lo general oralmente, sin medios probatorios seguros para demostrarla».

2. El rumor como fenómeno social
El rumor es un fenómeno social, y, para que exista se requiere, por lo menos, de dos personas. Es un relato o información que se trasmite de boca en boca, sufriendo en el trayecto una serie de modificaciones. A veces aparece en un periódico o se difunde por radio o televisión. Es una información sin fundamento sólido que la sustente, que se trasmite de persona a persona. Hay que considerar corno un caso especial de sugestionabilidad, pues el relato ‑‑real o ficticio‑‑ aumenta y se difunde con rapidez, adquiriendo gran dosis de emotividad.
El rumor, decimos, es un fenómeno social, y como tal se da en todo momento: en la conversación familiar, en las reuniones sociales, políticas y a veces en las de tipo protocolar. Es el llamado rumor ocioso, cuyo propósito es pasar un momento agradable, que sirve para hacer más llevadera la conversación.
Para que el rumor circule requiere de los siguientes elementos, según Morin Edgar:
I) Un grupo homogéneo, económico y políticamente;
II) Relaciones interpersonales, que faciliten la comunicación entre sus miembros;
III) Un ambiente de ociosidad y aburrimiento, medio ideal para generarse. No en balde la mayor parte de los rumores se originan en las peluquerías, los cafés, las salas de espera, los lavaderos, los taxis».


3. El rumor y los elementos de la comunicación
Tratamos de consignar el rumor dentro de algunos de los elementos constitutivos de la comunicación:

A) La fuente o emisor. El emisor es una persona individual y debe tener ciertas características psicológicas.
a) Exhibicionismo. La persona que trasmite un rumor pretende sobresalir en la situación que se encuentra para tener alguna importancia desde el punto de vista social.
b) La esperanza de ser reconfortado. La persona que hace circular un rumor espera compartir su actitud de miedo, tensión o ansiedad, con otras personas, de tal manera que su emoción resulte equilibrada.
c) La agresión. Al tener el rumor dosis de agresión, para el emisor le resulta de desahogo, un tanto reconfortante’.
d) La proyección de conflictos subjetivos. «Se inventa un rumor para hacer correr la versión de algo que nos gustaría que en realidad fuera cierto».

B) Rumor y código
El rumor es coloquial, fundamentalmente, a veces se comunica al oído en forma sencilla y breve, utilizando términos comunes y esquemáticos.

C) Rumor y mensaje.
El contenido es insignificante, intrascendente en cuanto al fondo; breve y conciso en cuanto a la forma; a veces tiene algunos detalles.

D) Decodificación
El receptor, al recibir el mensaje y volver a hacer circular, lo reelabora, de acuerdo con su emoción a intereses.. Con el receptor continua la cadena del proceso de la comunicación, y se desliza hasta que se detiene de acuerdo con las diferencias de carácter social o cultural.

4. Rumor, chisme, murmuración y «bola»
Hay diferencias de grado entre estos vocablos. El chisme:
«Noticia verdadera o falsa con que se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna. (Murmurar: «Conversar en perjuicio de un ausente, censurando sus acciones»; en tanto el rumor no tiene fundamento y se difunde con rapidez, sin conocerse en forma concreta, su origen o fuente.
En algunos países de América se ha generalizado el use del vocablo «bola». En el Perú, las «bolas» van rodando por las distintas capas sociales, siendo motivo de las «comidillas», de los temas de café, de clubes, incluso de reuniones oficiales.
Gelasio Ortiz Columbie distingue los siguientes términos: el rumor «es una noticia que no ha sido confirmada cuya procedencia se ignora, pero que circula, se expande, se comunica de viva voz, de individuo a individuo, de boca a oído»; la bola «es un rumor que tiene su origen en un fin calculado, generalmente malicioso»; las murmuraciones que «son rumores que se refieren casi siempre a la conducta personal».

5. ¿Como se trasmite el rumor?
Las etapas psicológicas por las que pasa el rumor son: 1) la percepción: auditiva o visual, o sea, se ve algo (hecho, acontecimiento) o se escucha en forma espontánea o intencional; 2) el recuerdo de lo que se ha visto a oído; y 3) la información, valiéndose de cualesquiera de los medios disponibles.
Estos pasos no son rígidos. Cuando uno percibe algo hay influencias de distinto orden y del estado de ánimo, que nos permite recordar con mayor o menor precisión. En el segundo paso se produce la fijación o el olvido de algunos detalles. El ultimo acto, la información, depende de los pasos anteriores y, sobre todo, de nuestra capacidad de hablar, escribir y del medio donde uno se desenvuelve.
En la investigación que ha efectuado Bartlett, «demuestra de variada manera el carácter creador y constructor de la memoria «. «Ningún recuerdo ‑‑según Bartlett‑ perdura como si fuera un nuevo rastro o huella, como una imagen fijada en una película sensitiva, reviviscente a voluntad. Por el contrario, los recuerdos comienzan a cambiar no bien ha terminado la percepción... El papel más crucial de todos lo juegan las acritudes y las expectaciones. Son ellas las que hacen del recuerdo una función constructiva más bien que meramente reproductiva de la mente».
Bartlett, al realizar investigaciones sobre el relato de historias, dedujo que el mismo individuo volviendo a contar la historia a intervalos de días o semanas iba perdiendo detalles. «Las versiones finales eran siempre mas comas que la versión original y, por lo general, irreconocibles. Las inexactitudes se revelaban con marcada incidencia en nombres, fechas y números».
La base del rumor es la conversación. En ella, cada interlocutor trata de poner de su parte mayor ingenio para transmitir el mensaje al siguiente; así se agrega o quita palabras y detalles voluntaria a inconscientemente y, llega finalmente, en forma diferente del informe originario, que a veces inicialmente, es de tipo inocente. Gonzáles Seara, «recuerda aquella secuencia de la película «El Sargento York», en la que cada soldado va aumentando la hazaña realizada por el sargento, al contárselo al soldado siguiente, hasta que el ultimo se vuelve al publico diciendo que ha cogido prisionero al Kaiser».
Según K Young, «los tres medios más importantes de difusión del rumor son: 1) en forma verbal, es decir, mediante la murmuración (este es el procedimiento por el cual se difunden los rumores más efectivos) 2) por carta, mensaje telefónico o telegrama, y 3) en gran escala, mediante los periódicos, la radio, el cine, la televisión, las revistas, los folletos libros».

6. Características del rumor
a) Brevedad, A veces conciertos detalles para despertar el interés; el relato actual de acuerdo con las circunstancias sociales, Impreciso a incierto, incontrolable en su propagación.
b) Exageración. El rumor no circula exactamente como se ha percibido. Sufre, al pasar, exageraciones y se utiliza, por lo general, el recurso te6rico de la hipérbole. Tratándose de cantidades, se aumenta el número o sea se produce la acentuación.
c) Elaboración. El rumor, al continuar circulando, es motivo de una cuidadosa elaboración; se adorna al pasar a otra persona, agregándose o quitándose algún detalle. Y para evitar consecuencias fatales, se reelabora, produciéndose lo que se ha llamado la «tendencia perseverativa». Según el investigador Bartlett, los hindúes son más propensos que los anglosajones a ampliar y adornar sus relatos. En China, «los rumores crecen en dimensión a la vez que en sutileza».
d) Condensación. «Lo que suele ocurrir ‑‑dicen G. Allport y L. Postman ‑‑ es que un suceso, una vez experimentado, se mezcla con estados de conciencia similares anteriores, y forman en conjunto una memoria general».
e) «Convencionalización». Se refiere a la «adaptación al medio», o sea un rumor circula de acuerdo con el medio y las personas que intervienen, utilizan el lenguaje usual conveniente, lo que se llama la «asimilación descendente». Si hay barreras en el lenguaje, por diferencias culturales, o de tipo social, el rumor se detiene y no circula.


7. Requisitos del rumor
Para que se inicie el rumor y «corra « se requiere que reúna las siguientes condiciones: a) que sea de cierta importancia; y b) que tenga ambigüedad. En el primer caso, tanto para el emisor como para el receptor o receptores, debe revertir de alguna significación, puede tener, como se dice, un “grano de verdad», que al pasar de persona a persona modifica su contenido, sin llegarse a precisar los hechos primarios o si en realidad han existido o no. Para su circulación hace falta, pues, el factor motivador. Son materia de chismografía, el escándalo, el miedo, el temor, los temas sexuales, las aspiraciones, la esperanza, el rencor, el odio, el terrorismo.
El segundo caso, la ambigüedad se refiere a la circunstancia de que el rumor admite diversas interpretaciones que dan lugar a la confusi6n o duda; como no se ofrecen las noticias en forma oportuna y objetivamente, en el receptor, existe desconfianza.

8. La noticia y el rumor
La noticia, es un acontecimiento, idea a opini6n que tiene actualidad, interesa a un buen numero de personas y se publica o difunde por cualesquiera de los medios de comunicación colectiva.
La noticia tiene que. haber sucedido real y efectivamente ejemplo, choque de trenes) o con probabilidades de suceder (ejemplo, lanzamiento de un cohete).
En tanto, el rumor no existe, ni ha existido realmente, y se difunde en ausencia de pruebas.
El rumor prolifera y se extiende en colectividades en las que hay ausencia de noticias o estas circulan en forma restringida. Por esto, en una oportunidad, un funcionario de la Oficina de Informaciones Bélicas de los Estados Unidos de Norte América, a propósito dijo: “el rumor corre por falta de noticias. Por consiguiente, debemos proporcionar al pueblo noticias lo más exactas posibles, pronta y completamente”. Esto no quiere decir que, a pesar de la abundancia de las noticias los rumores no dejen de circular. La noticia puede neutralizar o anular el rumor cuando no es presentada en forma ambigua. Los rumores proliferan en países en los que la prensa esta controlada, no solo de parte de la masa, sino del Gobierno. En Alemania, Italia y Japón utilizaron el rumor como una forma de propaganda del Eje.
El periodista, al dar cuenta un hecho, no siempre esta en el lugar de los acontecimientos, y, a veces es influenciado por el rumor. Así, por ejemplo en 1945, los diarios importantes de Francia, de ideología anticomunista, dieron cuenta ‑‑por rumores‑‑ de una supuesta enfermedad de Stalin.
Noticia y rumor son irreconciliables. La primera es verídica, puede comprobarse; el segundo, no es posible de ninguna verificación. A pesar de esto, hay algunos que creen todo lo que Teen o escuchan, y otros, los considerados como hipercríticos, no creen nada lo que informan los periódicos ni lo que propalan la radio y televisión. Los primeros, parece que dijo eran: “los rumores pueden llegar a ser ciertos”.
Las noticias deben difundirse procurando alcanzar un mayor grado de exactitud, sin distorsionar, pues la gente tiene avidez por lo acontecido. Así disminuirá la cosmografía; se procurara que hayan menos pasiones, odio, miedo, venganza; y se habrá formado una conciencia del rumor.
En regímenes tiránicos, con presos, persecuciones, ausencia de libertades, etc. el rumor cobra vigencia; lo mismo tratándose de acontecimientos, cuyo final es esperado por el pueblo; por ejemplo, el termino de una guerra, la caída del tirano; es lo que G. Allport y L. Postman Raman el efecto de final precipitado. En 1945 los rumores se acrecentaron anunciando la muerte de Hitler y la rendición de Alemania.
En países de nuestro continente, y. particularmente en el Perú donde los regímenes de fuerza han primado sobre el clima democrático, los rumores han silo y son el elemento importante que se esparce con una rapidez asombrosa.
Entre nosotros, los rumores mas se conocen con el nombre de “bolas” y en forma picaresca van rodando por las distintas capas sociales, siendo motivo de las “comidillas”, de los temas de café, de clubes, incluso de reuniones oficiales. El 5 y 6 de Febrero de 1975, por ejemplo, Lima fue escenario de gran cantidad de “bolas”, que en distintos sentidos “rodaban” con asombrosa rapidez. Se hablaba de cientos de muertos en la Central de Radiopatrulla; que el agua estaba contaminada; que el Gobierno había dimitido, etc.
Cuando se produjo el amotinamiento en los penales de Lima (San Jorge, Santa Bárbara y el Frontón) el 18 de junio de 1986, coincidiendo con la instalación del XVI Congreso de la Internacional Socialista, se esparcieron rumores de todo Upo, que se intensificaron cuando las fuerzas Armadas debelaron el levantamiento a sangre y fuego.
En las últimas semanas de 1988 hubo rumores alarmantes en Lima que se esparcieron rápidamente en todo el Perú. Se hablaba de la renuncia del presidente de la República; de un golpe militar, saqueos y asaltos; algunos medios de comunicación. siguiendo su línea acostumbrada, destacaban estos sucesos, Pero como informaciones.
Lo grave del caso es que una “bola”, con características Precisas para no circular, recibe una atención inusitada, convirtiéndose en un asunto que motiva una rectificación por la prensa o los medios electrónicos.

9. El rumor en épocas de tensión: pánico y desorden
Las noticias falsas, los rumores, se esparcen a falta de noticias fidedignas o en época de guerra o de grandes conflictos de tipo social.
Las informaciones alarmantes, engañosas, deficientes o incompletas, producen varias clases de efectos. El caso más significativo del “efecto de contagio” encontramos en el relato sobre el programa radiofónico “La guerra de los mundos”. Y el otro efecto es en las informaciones sobre terrorismo que algunos órganos de comunicación le prestan especial importancia. Schmid y De Graaf sostienen que “la violencia suele ser un medio de acceder al sistema de comunicación de masas a incluso un mensaje en sí misma. Los medios de comunicación están inevitablemente implicados en este proceso debido a la importancia que conceden a la información sobre la violencia”.
El teniente general Constantin Von Altrock relata el pánico que se produjo en 1866 durante la guerra austriaco‑prusiana:
“Es conocido el pánico que se apoderó del regimiento prusia­no de caballería, durante la retirada posterior a la batalla de Trau­tenau, en Bohemia. El regimiento se retiraba al trote, marchan­do en columna por la ruta, cuando el comandante del regimien­to envía a un ayudante a la cabeza de la columna, para que orde­nara que marchasen más lentamente. Como el oficial comenzó agalopar a lo largo de la columna en dirección contraria al enemigo, su paso fue considerado un índice de la gravedad de la situa­ción. Cuando los oficiales trataron de alcanzar la cabeza de sus tropas, éstas aceleraron la marcha imitándolos, y pronto el regimiento entero se encontró huyendo a todo galope del enemigo, hasta sobrepasar incluso a una batería prusiana. Sólo varias millas después y tras algunos accidentes. fue posible conseguir que el regimiento se detuviera”.
En 1896 los italianos tuvieron una terrible derrota en Etiopia. En ese entonces circularon rumores de que los abisinios castraban y torturaban a sus prisioneros. Una unidad italiana fue atacada sorpresivamente en un desfiladero por un pequeño grupo de soldados nativos, y los italianos se vieron obligados a retirarse desordenadamente. Jefe y los soldados de categoría y toda la tropa fueron fácil presa del pánico. Sucedió en‑Adua (capital del Tigre).


LA “INVASION” DE LOS MARCIANOS
En la estación “C.B.S”. de Nueva York, en la noche del domingo 30 de octubre de 1938, en forma sorpresiva se inició la trasmisión de la adaptación de la obra La guerra de los mundos del celebre novelista británico H. G. Wells hecha por Orson Welles y el Mercury Theater (Teatro Mercurio del Aire). Se inició el programa con el anuncio de que la dramatización estaba basada en la obra mencionada. Con voz cargada de dramatismo, el locutor anunciaba que un raro meteoro de forma cilíndrica había caído en un lugar de Nueva Jersey, de donde salían monstruos marcianos que avanzaban en dirección al centro de Nueva York “arrasando todo a su paso “. Los boletines se trasmitían intercalando música sinfónica y el terror que causó iba cada vez en aumento.
Este programa se escuchó, según cálculos, por unos seis millones de personas, habiendo sido afectadas un millón. “Mucho antes de que la trasmisión hubiera terminado ‑‑se nos dice‑‑ la gente, por todo EE.UU. estaba rezando, gritando, huyendo frenéticamente para escapar de los marcianos”. En casa de uno de los norteamericanos, Joseph Headley, ese Halloween Boo seguramente tenia a toda su familia de rodillas antes de que el programa llegara a la mitad. El hermano George no estaba en casa. La tía Grace, una buena católica, comenzó a rezar con el do Henry. A Lily comenzó a dolerle el estómago. No se exactamente que hice yo, pero se que comencé a rezar con mas ahínco y más fe que cualquiera otra vez... Cuan pronto pusimos nuestra confianza en Dios”.
La descripción de un individuo afectado con el pánico nos da una mejor idea:
“Tuve un miedo horrible. Deseaba hacer las maletas y tomar a mis niños en brazos reunir a mis amigos, subir al coche y marcharnos tan al norte como pudiéramos pero lo que hice fue instalarme junto a la ventana rezando y escuchando muy asustado, y mi marido, junto a la otro, miraba a la calle a ver si la gente corría. Tenía un crucifijo en mi mano y rezaba mientras miraba por la ventana por si veía caer meteoros. Corrí escaleras abajo y telefonee a mi madre. Ella no había estado escuchando la emisión. Entonces tome a mí bebe y mi marido abrigó a nuestro niño de siete anos y corrimos junto con unos vecinos hacia el hotel donde trabaja mi madre. Salí corriendo de mi casa. Apostaría a que no sabia lo que me estaba haciendo. espere de pie en una esquina a que pasara un autobús, y pensé que cada coche que pasaba era un autobús, y corría para atraparlo. La gente se dio cuenta de lo excitada que estaba y trataron de calmarme, pero yo no paraba de repetir a todos los que encontraba: Han dicho por la radio que Nueva Jersey ha sido destruida por los alemanes, “no lo sabéis?”
La periodista Dorothy Thompson, dos días después cuando el Halloween había pasado escribiría: “Welles ha demostrado algo estremecedor, el pánico primitivo que yace bajo la delgada superficie del llamado hombre civilizado”.
Del pánico que provocó la “invasión” de marcianos, han hecho un estudio interesante Hadley Cantril, Hazel Gaudet y Herta Herzog en el libro publicado en ingles: The Invasion from Mars.
Hadley Cantril, profesor de psicología de la Universidad de Princeton ha hecho un resumen del mencionado libro, de cuyos texto extractamos algunos tópicos más significativos. “Si queremos explicar esta reacción, tenemos que responder a dos preguntas básicas: Por que esta transmisión los asustó a algunas personas, cuando otras transmisiones fantásticas no les asusta? ¿Y por que esta transmisión les asustó a algunas personas, cuando otras transmisiones fantásticas no les asusta? ¿Y por que esta transmisión les asustó a algunas personas y no a otras. La respuesta a la primera pregunta hay que buscar en las características de este programa mismo, que suscitó falsas normas de juicio en tantos radioescuchas.
“Nadie que lea el guión puede negar que la transmisión fue tan real, durante los primeros momentos, que resultó casi creíble, aun para oyentes relativamente cultos y bien informados. No debemos pasar por alto la indiscutible excelencia dramática de la transmisión. Tal inusitado realismo de la actuación puede atribuirse a la circunstancia de que las primeras partes de la transmisión cayeron dentro de las normas de juicio que existían en los oyentes.
“Una gran proporción de oyentes, particularmente en las categorías más bajas de ingresos y de instrucción, ha llegado a acudir más a la radio que a los periódicos para obtener noticias. Casi todos los oyentes, que habían estado asustados y fueron entrevistados, mencionaron en algún momento en el curso de sus rememoraciones, la confianza que tenían en la radio y su expectativa de que se la usara para estos anuncios importantes. Algunos de sus comentarios indican sus actitudes:
“Tenemos tanta fe en las transmisiones radiales. en una crisis, tienen que llegar a toda la gente. Para esto es la radio” .
Es importante formular y responder la pregunta de cómo alguien que sintonizó al principio pudo haber confundido la teatralización, claramente presentada, con un boletín noticioso. El análisis de estos casos revela dos razones principales por las que surgió con falsa interpretación. En primer lugar, muchas personas que sintonizaron la radio para escuchar una dramatización del Mercury Theater, creyeron que se había interrumpido el programa teatral ordinario con el objeto de dar boletines noticiosos especia­les. Tal técnica no era nueva después de la experiencia de esas per­sonas con las noticias radiales de la crisis de la guerra, en Setiem­bre de 1938. La otra razón principal de la mala inteligencia es la costumbre, tan extendida, de no prestar atenc16n a los primeros a nuncios de un programa. Algunas personas no escuchan la radio con atención sino cuando se den cuenta de que se esta transmitiendo algo de especial interés”.

Mas adelante Cantril explica la clasificación de los oyentes en la siguiente forma:

1. Los que verificaron la prueba intrínseca de la transmisión.
“Las personas de esta categoría fueron aquellas que no estuvieron asustadas durante toda la transmisión porque pudieron comprender que el programa era ficticio. Algunas se dieron cuenta de que los informes eran falsos porque se parecían tanto a ciertas narraciones novelescas que estaban acostumbradas a leer”.

2. Los que compararon la transmisión con otras informaciones y se enteraron de que era una dramatización.
“Estos oyentes trataron de orientarse por las mismas razones que los del primer grupo: estaban sospechosos respecto de las “noticias” que estaban recibiendo ...”

3. Los que trataron de comparar al programa con otras informaciones pero que, por varias razones, siguieron creyendo que la transmisión era un informe noticioso autentico

“Dos diferencias características separaron a las personas de este grupo de aquellas que pudieron verificar la transmisión. En primer lugar, era difícil determinar, por las entrevistas, precisamente por que querían estas personas hacer la verificación... En segundo lugar, la actitud de su comportamiento para la verificación, era singularmente ineficaz a insegura. El método más frecuente que emplea esa gente, en su mayor parte, consistió en mirar por la ventana o en salir afuera. Varias de esas personas telefonearon a sus amigos o corrieron a consultar a sus vecinos”.

4. Los que no trataron de verificar ni la transmitir ni el acontecimiento
“Por lo general es más difícil descubrir por que una persona no hizo algo, que descubrir por que lo hizo. Por consiguiente, nos es más difícil explicar por que las personas de este grupo no trataron de verificar las noticias ni de buscar indicios de los marcianos en su proximidad, que determinar por que dieron muestras de su comportamiento, sin objeto alguno, las personas de este grupo estuvo tan atemorizada que dejó de escuchar: corría frenéticamente o dio muestras de su comportamiento que solo se puede calificar de paralizado”.

“En resumen, concluye Cantril, el comportamiento extremado que provoc6 la transmisión se debió a la enorme participación del yo, creada por la situación, y a la total incapacidad del individuo para mitigar o controlar las consecuencias de la invasión. La llegada de los marcianos no ofreció una situación en la que el individuo podía conservar un valor si sacrificaba otro. En esta situación, el individuo se enfrentaba con la perdida inmediata de todos sus valores. nada podía hacerse para salvar a ninguno de ellos. El pánico era ineludible .......
Cantril llegó a entrevistar a 135 personas afectadas por el pánico y dedujo que “la falta de capacidad critica era el factor clave del pánico”. A esto hay que agregar la baja inteligencia, la carencia de educación, el status económico, así como las tendencias neuróticas.
En Quito, Ecuador, a fines de 1940 se irradió este mismo programa. Concluida la trasmisión, el publico al darse cuenta de la falsedad, atacó el edificio causando danos materiales en el 2a piso, donde estaba instalada la emisora; perecieron algunos de sus protagonistas alcanzando los destrozos a las instalaciones del diario “El Comercio”.
Más tarde, pese a la información que se tenía de no ser veraz el contenido, el domingo 12 de noviembre de 1944, en Santiago de Chile, al trasmitirse el mismo libreto, hubo pánico colectivo.
Al recordar 50 años de esta transmisión, una agencia noticiosa comentó:
“En el estudio de la emisora, Orson Welles y el equipo de guionistas de Mercury Theater siguen manejando los efectos especiales: ruidos metálicos, voces agónicas, sonido de explosiones y zumbidos aterradoras de naves que aterrizan toda la parafernalia sonora que acompaña a la fantasía de H.G.Wells y su guerra de los mundos”. Al cumplirse 50 años de la adaptación de la novela de ciencia‑ficción, Radio Braga, Norte de Portugal, retransmitió en la mañana del 30 de Octubre de 1988 ese guión radiofónico. Dice la información:
“La llegada de marcianos a una llanura cercana a Braga, seguida por la posterior invasión de la ciudad, cuyo arzobispo se proclama primado de las Españas, hizo que muchas personas abandonaran sus casas despavoridas, huyendo por la sinuosa y saturada carretera que une Braga con Oporto.
“Sólo al final de la emisión los responsables explicaron de que se trataban, provocando la furia de numerosos ciudadanos, que se dirigieron a la emisora para protestar por lo que consideraron una broma de mal gusto.
“La policía de la ciudad tuvo que ser llamada para proteger las instalaciones de la emisora local, ante la creciente exaltación de parte del publico”.

OTROS CASOS DE PÁNICO
Al producirse el 7 de diciembre de 1941 el ataque japonés a Pearl Harbor, por razones de “seguridad militar “ no se difundieron las noticias sobre las perdidas reales. Se hablaba entonces insistentemente de que las pérdidas habían sido cuantiosas en comparación con el informe oficial. Todo esto obligó al presidente Roosevelt a rectificar las falsedades en la charla “Junto al hogar” del 23 de febrero de 1942. En Agosto de 1945, luego del lanzamiento de la bomba atómica a las ciudades de Nagasaki a Hiroshima, los rumores se esparcieron, causando mayor impacto en la gente de poca instrucción. Tuvieron que intervenir los científicos para convencer, en algo, que mayores catástrofes no se iban a producir.
Por mucho tiempo en la Unión Soviética la prensa no informaba lo que consideraba las malas noticias: terremotos, accidentes de tránsito, crímenes, para evitar ‑ dicen ‑ el pánico. De entonces data el siguiente chiste que dio cuenta un corresponsal de la UP en Moscú.
“El Secretario del Partido empezó a preguntar a la gente lo que haría en caso de bombardeo nuclear, a lo que un hombre respondió, “marcharía lentamente al cementerio”. “Por que lentamente? “Para evitar el pánico”.
En épocas de crisis, dictaduras, guerras, revoluciones o tratándose de un desconocido, el rumor cobra mayor importancia; aumenta en cantidad y se divulga con entusiasmo y rapidez; a veces a voz en cuello y la mayor parte, a hurtadillas. Cuando, por ejemplo, los pasajeros de un barco no saben el destino seguro, el rumor cobra actualidad; si un desconocido llega a una ciudad pequeña, los pobladores se valen del rumor para, tentativamente, noticiar a los que indagan. “La función del rumor ‑‑dice W. J. H. Sprott‑‑ no es meramente dar la oportunidad de tomar la conducción de la conversación a quien la reclama, sino que el rumor también sirve para proporcionar un sentimiento de “saber” en una situación en que no se dispone de un saber oficial”.
Según el autor citado, en Norteamérica, durante la 1ra. guerra mundial, se establecieron “clínicas de rumores” que, cuando hace use de la radio, “divulga mas rumores que los que elimina”.
En Irán (Persia) por lo menos hasta la II Guerra Mundial, en el mercado de Teheran, principalmente y en los demás mercados, la opinión publica se manifestaba por medio de las conversaciones, pues los representantes ante el Parlamento y los periódicos, sólo reflejaban la vida palaciega.
En el Perú, en Marzo de 1991 hubo pánico por la compra y consumo de los productos hidrobiológicos. En la Guerra del Golfo Pérsico, por esta época, las sirenas de alarma causaron pánico en las ciudades judías.
El rumor, si es verdad que no tiene trascendencia, si es acogido por uno de los medios de comunicación social, puede considerarse como un formador de opinión publica.
“El rumor ‑ el run‑run ‑‑ ha dicho Luis Alberto Sánchez‑es característico de las cortes y de las ciudades de gran analfabetismo funcional. Donde pocos o nadie leen es natural que las versiones orales circulen como el relámpago, pero es también necesario que sean respaldadas por una autoridad también oral o verbal”.
Ante la insistencia de rumores y en previsión de graves consecuencias que podrían ocurrir, los funcionarios del Gobierno, especialmente, se encargan de lanzar ataques indirectos, en “defensa contra los rumores”.


9. Explicación de los rumores
La presencia de los rumores da motivo que se busque una explicación. “El rumor de tipo corriente ‑‑dicen G. Allport y L. Postman ‑‑ solemos hallar una marcada tendencia en el agente a atribuir causas a los acontecimientos, motivos a las personas, una razón de ser al episodio de que se trate”.
Los rumores que se refieren a lugares y fechas y nombres propios son susceptibles de sufrir modificaciones cuando pasan de persona a persona. La ubicación geográfica no sufre mucha transformación. Los detalles específicos de ambiente sufren también mutilaciones al trasmitirse; lo mismo si se tratan de nombres de personas y de lugares.

10. El rumor a través de la historia
Sólo vamos a destacar los rasgos más significativos, sin pretender detenernos en todo el devenir histórico.
Cuando Jesús surge a la vida publica, con sus predicas y martirologio, circularon rumores en todo sentido. Sócrates fue condenado a beber la cicuta “acusado de que pervertía a los jóvenes de Atenas y los incitaba a la rebelión”.
En el apogeo del Imperio Romano se contrataron a personas para que se desempeñen como delatores y se confundieran con la gente, en las calles y lugares públicos y pudiesen llevar las noticias al palacio Imperial. Estos delatores, según las circunstancias, se veían obligados a lanzar ‑‑como una contraofensiva‑‑ sus propios rumores.
G. Allport y L. Postaman refieren lo siguiente: El episodio del incendio de Roma en el año 64 de nuestra era nos proporciona un ejemplo interesante. Según el análisis que Chadwick ha efectuado de las pruebas, la plebe admitió y difundió el rumor de que Nerón, soberano por cierto no muy popular, si no había iniciado el mismo la conflagración había por lo menos cometido la aberración de deleitarse con el bárbaro placer de componer una oda a las llamas devoradoras. De nada le valió a Nerón el hecho de que el rumor fuera infundado. En defensa propia, echo mano del recurso del “contrarrumor”, haciendo circular la voz de que los cristianos, aun más aborrecidos que su propia persona habían prendido fuego a la ciudad. Esta versión resultó en verdad aun más a fin a los prejuicios y temores corriente. Bien podía ser “cosa de cristianos”, de los aborrecidos cristianos, un acto de esa naturaleza, y así se volcó de pronto sobre estas víctimas expiatorias la furia de la plebe, olvidando de momento su hostilidad para con Nerón”.
“El episodio ‑‑‑ dicen mas adelante los autores citados ‑‑ sugiere otro punto de interés. Aún cuando el rumor relacionado con la culpabilidad de Nerón quedara rechazado de momento, reapareció con el tiempo. La composición por el de una oda musical a la conflagración se convirtió en leyenda histórica y, mas tarde, adquirió fuerza de proverbio. Un sujeto de tan cruel corazón no podía menos de tocar el arpa mientras Roma ardía. Si lo hizo o no, nada quita o agrega a nuestro caso; la conducta que se le atribuyó es una simbolización de su laya. Vivido, incisivo y metafóricamente cier­to, el hecho quedara ligado para siempre a su nombre. Y puesto que la insensibilidad no es poco común flaqueza frente a los gran­des cimientos humanos, hallamos ocasiones sin numero para a­plicar un proverbio que en su origen fue atribuido calumniosa­mente para satisfacer un sentimiento de odio”.
En la Edad Media, en las Cruzadas se multiplicaron los relatos que se referían a milagros, pillajes, fechorías. La vida de la come papal y las actividades publicas y privadas de los pontífices, en especial antes de la Reforma, fueron motivo de conversaciones en corrillos que se difundían interminablemente. La Historia del Perú tiene muchos ejemplos de casos en los que los rumores han jugado papel importante en nuestra vida azarosa. Cuando los españoles ocuparon la plaza de Cajamarca en 1532, se esparció la noticia de que los hombres a caballo formaban una sola unidad.
En los regímenes dictatoriales que han abundado, los rumores han sido fuente de conversación y de noticias. Con el correr de los años, el establecimiento del correo que utilizan medios veloces (ferrocarriles, aeroplanos, etc.) y el empleo del telégrafo, la radio y la televisión, hacen posible que los acontecimientos que suceden día a día en los mas apartados lugares del mundo, sean conocidos, con diferencia de segundos, por millares de personas diseminadas en el orbe. Los rumores no s6lo han disminuido, sino que son rechazados para dar paso a la verdad.
Es incontrovertible que se ha ganado en forma insospechada en cuanto a la captación de la noticia, su elaboración y su difusión; sin embargo, no podemos afirmar que los acontecimientos lleguen a conocimiento de los lectores a oyentes. Si es verdad que se destaca lo importante, no es menos cierto que la informaci6n sigue siendo “ambigua”, o sea que se produce la imposici6n de la noticia y al publico se le ofrece, en realidad, un material tamizado, oficializado, distorsionado. Los asombrosos inventos no han servido para mejorar el contenido de los mensajes. Hay mucha incógnita que despejar, hay subordinación, y continua siendo un secreto la verdad en toda su plenitud.

11. Leyenda, folklore y mito
Leyenda. G. Allport y L. Postman conocen a la leyenda con el nombre de “rumor cristalizado”.
La leyenda ha sido definida por La Pierre y Farnasworth como “un rumor que ha pasado a formar parte de la herencia verbal de un pueblo “. El rumor debe tener categoría, significación para que se relate de generación en generación.

Significado de leyenda, que nos interesa:
“Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de histórico o verdaderos”.
Es una narración que pertenece al genero épico; se destaca el aspecto fantástico o popular, y se apoya en la historia y en la tradición.

En la leyenda se pueden distinguir dos formas:
a) Leyenda oral. Es anónima, generalmente colectiva, cuyo relato se trasmite de generación en generaci6n; en el trascurso del tiempo va sufriendo modificaciones hasta tener un carácter fantasioso. Ej. La leyenda de los hermanos Ayar.
b) Leyenda literaria. es; narrada y creada por un escritor, teniendo como base la epopeya. Se basa en la leyenda oral y a veces crea un nuevo argumento.

La leyenda es estudiada por el Folklore.
La palabra folklore se escribe indistintamente folclore, folclor, ya castellanizando.
Esta palabra proviene del ingles folk, pueblo, y lore, conocimiento, sabiduría. Fue usada por primera vez, a mediados del siglo pasado, por el profesor ingles William U. Thoms, considerando como ciencia que estudiaría el “saber tradicional de las clases populares”. Se entiende por saber tradicional el que se imparte oralmente al margen de la escuela; una sabiduría tradicional que sobrevive en las “naciones civilizadas”. Según la definición tradicional del Folklore. ‑dice José María Argüedas‑ este no puede existir sino en los pueblos que tienen dos clases de habitantes (según su grado de conocimiento del mundo y su habilidad para fabricar cosas útiles); una capa “superior”, la que ha estudiado en colegios y universidades, y que posee el conocimiento científico; y, otra, una capa “inferior”, “pueblo” (lore), que s61o domina el conocimiento tradicional.
Para los europeos hay otra ciencia que estudia los pueblos en los que predomina el saber tradicional; es la etnología que, según Arguedas “se ocupa no só1o de los hombres “primitivos” o “no civilizados”, sino del modo de ser especial de cada pueblo, cualquiera que sea su grado de desarrollo intelectual y su habilidad para hacer las cosas útiles. Por eso, el Folklore para tales científicos modernos estudia únicamente los cantos, las leyendas, los cuentos, las danzas y la música, que se transmite mediante la palabra, de oído a oído, de generación en generación, y no gracias al aprendizaje en escuelas, colegios y universidades”. El etnólogo norteamericano Franz Boas considera el Folklore “como el estudio de la literatura oral de un pueblo, cualquiera que sea su grado de evolución social”.
Arguedas: “Entendemos como materia de estudio del Folklore solamente la literatura oral (mitos, leyenda, cuentos, canciones, adivinanzas, insultos, etc.) y las artes muy relacionadas con la literatura oral (principalmente, la música y las danzas; aunque el estudio sistemático de la música y de las danzas son materia de ciencias especializadas: como la etnomusicología y la coreografía folklórica)”.

Mito
Diccionario de la Lengua Española: Fábula, ficción alegórica, especialmente en materia religiosa”.
“El mito ‑ dice Arguedas ‑ es un relato, un cuento que intenta explicar el origen del mundo en su conjunto de lo que llamamos universo, o bien de a1gunos de los aspectos del universo, por ejemplo, el origen del hombre o la creación de las montañas que forman el mundo exterior”.
En los mitos los temas son de importancia pero ambiguos. “De tarde en tarde ‑‑dicen G. Allport y L. Postman... surgen rumores que anuncian el inminente fin del mundo, la llegada del Mesías, curas sobre naturales de algún santuario, visiones celestiales. Recuérdese, entre otros tantos casos, el “ángel “ que apareció en el cielo, sobre las trincheras de Flandes, durante la Primera Guerra Mundial... Las hazañas del Rey Arturo, de Federico Barbarroja, de Juana de Arco, son un fárrago de ficción y realidad en el que la leyenda ha cargado la mano. Nadie, a no ser tal vez algún historiador, extrae el meollo de verdad que en ellas hay; nadie se toma la molestia de hacerlo”. “A medida que el rumor va tomando sentido aforístico o de leyenda ‑‑dicen mas adelante los autores en mención — adquiriendo mucho de este carácter estimativo o metafórico. El que los avestruces escondan la cabeza en la arena es una fábula desde el punto de vista “informativo‑enunciativo”. Las avestruces no hacen eso. Los mitos se clasifican en los siguientes grupos:

1.‑ Cosmogónicos.‑ Explican la creación y evolución del mundo. Ej. Dios creó el mundo en siete días.
2.‑ Teogónicos. Tratan sobre el nacimiento a historia de los dioses. Ej. la mitología greco‑romana.
3.‑ Escatológicos.‑ “Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba”, según el D. de la L. E. Se trata de explicar el destino final del mundo y del hombre. Ej. los mitos de los gentiles o pobladores pre‑incas.
4: Morales.‑ Se refieren al origen de las normas éticas. Ej. los referidos al origen de la mentira, del robo.
Los mitos se sustentan en la región; no tienen base histórica, como sucede con la leyenda.


11. Clases de rumores
Sin pretender ser limitativo, intentamos una clasificación, en la forma siguiente:
a) Rumor ocioso. Es el aparentemente intrascendente, que se emplea en una conversación espontánea para pasar el rato más o menos alegre.
b) Rumor sigiloso. Es de carácter temporal. En forma misteriosa se susurra al oído hasta que todos lleguen a conocer. Es del “Upo Casandra” que anuncia alguna desgracia. Ha sido empleado por el sociólogo ruso Bysow. También son de esta clase los rumores hostiles.
c) Rumor impetuoso. Como su nombre lo indica es veloz en su trasmisión. Se refiere a accidentes, catástrofes, victorias o derrotas en las guerras. Tiene carga emocional de pánico o ira.
El rumor esta estrechamente vinculado con los estados de agitación social, tumulto, desordenes populares. “Nunca estalla un tumulto ‑‑dicen G. Allport y L. Postman ‑‑ sin rumores que lo inciten, lo acompañen o intensifiquen su violencia”.
d) Rumor “sumergible” o “zambullante”. Es también de la denominación de Bysow. Se trata de rumores que tienen vigencia por un tiempo para después desaparecer y, finalmente se actualizan, cuando las circunstancias lo permitan. Tal es el caso, por ejemplo, del rumor del envenenamiento de las aguas de los ríos, de los pozos de agua, que, en caos guerra, se difunden.
e) Por el tema. Es indeterminado. Comprende lo relacionado con la política, las enfermedades, sexo, deporte, profesiones; varia de lugar a lugar, en tiempos de guerra o de paz y esta subordinado al asunto de que trate.
g) Por el motivo. Depende del factor motivacional de cada individuo, para que prefiera uno a otro rumor y así poder trasmitir. Si no existe una razón especial, no estará en condiciones de ser parte activa en la difusión del rumor.
h) Por el público. “Cada rumor tiene su publico”. Es una verdad que no merece mayor análisis. El rumor, para difundirse, depende de la comunidad de interés, de las diferencias individuales y del grado de su gestionabilidad de las personas.
Un rumor de tipo financiero, de tipo político, estudiantil, religioso, circulará y recibirá atención en públicos vinculados a cada una de estas actividades; y en todo caso, dependerá del grado de sugestionabilidad de cada persona. La persona sugestionable no tiene capacidad para hacer un análisis critico y acepta lo que le dicen. En política, por ejemplo, la calumnia y la difamación son aceptadas preferentemente por personas que son enemigas del partido a que se refieren estos rumores. Las personas que están predispuestas al odio aceptan con facilidad los rumores hostiles.
i) Rumor humorístico. Es el que tiene como objeto fundamental causar risa; y, con el pretexto de ella a veces, lleva una intenci6n de satirizar, zaherir, criticar, atacar o puede estar cargado de odio.
G. Allport y L. Postman refieren lo siguiente en la época en que los países europeos eran gobernados por dictaduras
“Un ciudadano pasea a lo largo de un río cuando oye gritos de ahogado. Se echa al agua y saca al hombre a la orilla. El hombre cuya vida acaba de salvar, altivamente se da a conocer: “Soy Mussolini (Hitler, Stalin, según el país donde se contaba el cuento). Me has salvado la vida. Pídeme lo que quieras y será tuyo”. “Pido una cola cosa ‑‑responde el salvador‑‑. No diga S. E. a nadie que yo le he salvado la vida”. No es un rumor ‑‑ ni tal vez muy bueno como chiste‑‑; sin embargo, hombres y mujeres fueron desterrados a Siberia, enviados a campos de concentración alemanes o a las colonias penales italianas por haber contado la chuscada al alcance del oído de un delator”... (Ciertos individuos se inclinan por el chiste, otros por el escándalo).
j) Rumor patológico. Por una inestabilidad emocional se interpretan los hechos en forma distinta a la realidad. Se ve lo que no existe o se oye lo que no se ha producido. Son los rumores alucinantes. Es corriente la expresión: “he visto con mis ojos”; sin embargo, no hubo tal crimen, ni se produjo hecho alguno.
Es común en estos casos los ejemplos de reacciones neuróticas a histéricas del publico. D.M. Johnson nos refiere el siguiente episodio del “anestesista fantasma” que tuvo lugar en 1944 en Mattoon, Illinois:

“El episodio comenzó el 19 de septiembre, cerca de la media de asfixiarlas con gas a ella y a su hija. La policía no halló signos que indicasen la presencia de intruso alguno, pero el señor A, cuando llegó a su casa alrededor de dos horas mas tarde, declaró haber visto c6mo un hombre escapaba por la ventana. La policía volvió a la casa, pero no encontró pruebas. En la tarde siguiente el periódico local presentó en su primera pagina una noticia sobre el ataque con gas con el titulo de “Merodeador anestésico en libertad”.

12. Campaña contra el rumor
Damos términos a este capitulo trascribiendo las líneas de ataque contra el rumor:
1. El rumor no merece fe; es casi siempre falso. Ninguna persona sensata confiaría en el.
2. El rumor puede ser un instrumento de la propaganda enemiga.
3 Los rumores destruyen la moral del pueblo: es antipa­triótico y vergonzoso difundirlos.
4. La persona que esparce rumores es tonta, maligna y peligrosa.
5. Difundir rumores suele ser una manera de descargar en gente inocente las propias flaquezas.



BIBLIOGRAFÍA

1. E. González Llaca en ¨Teoría y práctica de la propaganda¨.
2. G. Allport y L. Postman en ¨Psicología del Rumor¨.
3. Kimbal Young en ¨Psicología social de la muchedumbre¨.
4. Robert E. Lane, David O. Sears en ¨La opinión Pública¨.






lunes, febrero 14, 2005

Investigación / Colonialismo

El Colonialismo, hace referencia a los territorios ocupados y administrados por un gobierno anteriormente ajeno a éstos mediante la conquista o asentamiento de sus súbditos, y en el que por lo general se impone una autoridad extranjera. Puede hablarse de colonialismo cuando un pueblo o gobierno extiende su soberanía y establece un control político sobre otro territorio, o pueblo, como fuente de riqueza y de poder. Esta relación concluye cuando el pueblo subyugado alcanza su soberanía o cuando se incorpora a la estructura política de la potencia colonial en igualdad de condiciones.
El colonialismo de la Europa moderna comenzó en el siglo XV y puede dividirse en dos fases: la primera transcurrió desde 1415 hasta 1800 aproximadamente, y la segunda se prolongó casi desde 1800 hasta la 2da Guerra Mundial. En la primera etapa, Europa occidental, encabezada por España y Portugal, se expandieron por las Indias orientales y América; en la segunda, Gran Bretaña tomó la iniciativa en la expansión de Europa hacia Asia, África y el Pacífico.
Los portugueses, que disfrutaban de estabilidad política, poseían experiencia marítima y contaban con una posición geográfica favorable, fueron los primeros europeos que doblaron el cabo de la costa surafricana (cabo de Buena Esperanza) para llegar hasta el sur y este de Asia en el siglo XV. Portugal, interesada principalmente en dominar el comercio de especias, estableció factorías y fuertes a lo largo de la costa en lugar de colonias. El monopolio comercial portugués en Oriente se vio seriamente amenazado por los ingleses y holandeses a finales del siglo XVI. Los holandeses se instalaron en el cabo de Buena Esperanza y, tras expulsar a los portugueses hacia 1800, obtuvieron el control de Java y Ceilán (actualmente Sri Lanka). La Compañía de las Indias Orientales se fundó en la India durante esta época e inició oficialmente la conquista del continente en 1757.
Fueron numerosos los motivos que llevaron a Europa a comenzar la colonización del continente americano. Entre ellos se encuentran la búsqueda de metales preciosos, la necesidad de encontrar nuevas tierras para la agricultura, la huida de persecuciones derivadas de motivos religiosos y el deseo de ganar a los pueblos indígenas para la causa de la cristiandad. En dicha colonización fue más habitual la creación de colonias que de factorías, aunque aquéllas, una vez establecidas, mantenían relaciones comerciales frecuentes y de carácter exclusivo con las respectivas metrópolis. El Imperio español fue el principal poder metropolitano en el Nuevo Mundo y se extendió a través de gran parte de México, Centroamérica y Sudamérica. Los portugueses se establecieron principalmente en Brasil. Mientras que los españoles y los portugueses tuvieron tendencia a crear asentamientos mixtos que absorbieran a las poblaciones indígenas de sus territorios, los colonizadores británicos y franceses se inclinaron por la fundación de colonias puras, eliminando y desplazando a sus anteriores habitantes.
Los más antiguos imperios coloniales europeos habían entrado en declive a comienzos del siglo XVIII. La mayoría de las colonias españolas, portuguesas y francesas en América consiguieron la independencia durante las Guerras Napoleónicas o en el período inmediatamente posterior. Por otro lado, los holandeses perdieron una gran parte de su modesto imperio en el Nuevo Mundo y tuvieron que conformarse con comerciar ilícitamente con las colonias de otras potencias. Los ingleses perdieron buena parte de sus antiguas posesiones en Estados Unidos, las cuales consiguieron su soberanía en 1776 tras la guerra de Independencia estadounidense; a pesar de esto, Gran Bretaña continuó siendo una importante potencia colonial. Además de controlar la India, conservaba por razones estratégicas algunas de las colonias que había ocupado durante las guerras europeas, tales como Canadá, el cabo de Buena Esperanza y Ceilán.

La segunda fase del colonialismo moderno, la segunda etapa colonial, puede dividirse en dos períodos: el primero abarca desde 1815 hasta 1880 aproximadamente; y el segundo, desde ese último año hasta 1914. La colonización llevada a cabo en el periodo anterior no había seguido un patrón lógico desde un punto de vista geográfico y no parecía ser, en general, el resultado de un deseo consciente de adquirir nuevos territorios por parte de las metrópolis. Lo cierto es que el ímpetu expansionista se derivaba a menudo de intereses europeos firmemente establecidos ya en el exterior. Por ejemplo, los colonizadores británicos de Australia se aventuraron aún más en territorio extranjero en busca de tierras y recursos; los franceses se vieron forzados a colonizar toda Argelia cuando la inestabilidad política en la zona supuso una amenaza para su primer y modesto asentamiento; y la conquista de Asia central emprendida por los rusos estaba motivada en gran medida por el deseo de ofrecer una seguridad a los comerciantes, colonizadores y administradores establecidos en estas zonas.
Las potencias coloniales actuaron más resueltamente en el periodo transcurrido entre 1880 y 1914, durante el cual se llevó a cabo la colonización de África (salvo en el caso de Etiopía, que opuso resistencia a los intentos de conquista de Italia) y de diversas regiones de Asia y del Pacífico. Hacia 1914 se puede considerar que la red colonial mundial se había cerrado en torno al planeta. El Imperio Británico era, con mucho, el más amplio y con más diversidad geográfica, aunque Francia, Bélgica, Alemania, Portugal, Estados Unidos y Japón eran también importantes potencias coloniales.
El móvil que guiaba la formación de esta amalgama de colonias es una cuestión que sigue debatiéndose. Algunos escritores, por ejemplo Lenin, lo atribuyen a la dinámica del capitalismo moderno, en la que se subraya la necesidad europea de encontrar materias primas y salidas comerciales para su excedente de capital. Otros autores han destacado como objetivo los intereses estratégicos e internacionales y han hecho notar la tendencia de los dirigentes europeos a utilizar las colonias como fichas en un tablero mundial de ajedrez. Con todo, algunos analistas aprecian una continuidad entre la primera y segunda época de expansión del siglo XIX y no admiten la necesidad de ninguna otra explicación. En cualquier caso, bajo todas estas opiniones subyace un concepto íntimamente relacionado con el colonialismo, el concepto de imperialismo.
El fin del equilibrio de poder en Europa y las guerras mundiales del siglo XX marcaron el ocaso del colonialismo moderno. El desarrollo de la conciencia nacional en las colonias, el declive de la influencia política y militar del viejo continente y el agotamiento de la justificación moral de los imperios, contribuyeron a una rápida descolonización a partir de 1945. Los imperios coloniales, creados a lo largo de siglos, fueron desmantelados casi en su totalidad en tres décadas.
Valoración La capacidad potencial de colonización es inherente a un mundo formado por entidades políticas que poseen diferentes grados de desarrollo económico y tecnológico; las naciones poderosas siempre se ven seducidas por la idea de dominar a las débiles. Sin embargo, esta escala de poder sólo permite que la colonización sea posible, pero no la hace necesaria o inevitable. Las grandes potencias no siempre desean ampliar sus territorios y, cuando es así, las débiles consiguen frenar su avance en ocasiones.
Toda valoración moral del colonialismo debe tener en cuenta las cambiantes circunstancias históricas. Este fenómeno resulta inexcusable si nos atenemos a las normas de actuación internacionales contemporáneas, puesto que es incompatible con el derecho a la soberanía internacional y a la autodeterminación. No obstante, el reconocimiento de estas libertades sólo se ha hecho efectivo con carácter mundial recientemente, mientras que los imperios que se crearon en el siglo XIX se arrogaron la responsabilidad de gobernar a los ‘pueblos atrasados’ y hacerles llegar los frutos de la civilización occidental.
El mejor modo de describir los efectos del colonialismo es analizarlo tanto desde la perspectiva de los colonizadores como de los colonizados. Las colonias reportaron numerosos beneficios a las metrópolis, como pueden ser la adquisición de nuevos territorios para la emigración y recursos estratégicos, y la expansión del comercio y el aumento de las ganancias económicas. Pero también el precio fue alto para las naciones conquistadoras: tuvieron que proporcionar a aquéllas infraestructura administrativa, defensa y ayuda económica y se vieron implicadas con frecuencia en conflictos que hubieran preferido evitar.La afirmación de que la colonización tuvo efectos negativos para las gentes colonizadas es incuestionable: se vio interrumpido el estilo de vida tradicional, se destruyeron valores culturales y pueblos enteros fueron subyugados o exterminados

jueves, febrero 10, 2005

Análisis / ¿Cómo enseñar historia?

1. MARCO TEÓRICO

¿Cómo plantear nuevos aprendizajes en la enseñanza de la historia? Es un cuestionamiento que un maestro o historiador que enseña historia a niños y adolescentes, debe plantearse muy a menudo. En esta búsqueda de alternativas o innovaciones a esta nueva pedagogía, es necesario fundamentar nuestra propuesta apoyados en el constructivismo.

El cual sostiene que el conocimiento no es una copia de la realidad, sino la construcción del ser humano. Construcción que depende de la representación inicial que tengamos de la nueva información y de la actividad, externa o interna, que desarrollemos. Por ello, la nueva enseñanza no puede quedarse en el simple dictado de clase, esperando que el alumno memorice una determinada cantidad de datos, en donde el maestro es la única fuente de conocimientos dejando de lado la interacción entre el maestro y los receptores, en este caso los alumnos, y su opinión o posición respecto al tema en discusión.

El constructivismo se fundamenta en los aportes de:

A) El psicólogo suizo Jean Piaget (1896 – 1980), el cual manifiesta que el sujeto pasa por fases, cuyas características propias se diferencian muy claramente de las siguientes y de las anteriores, concepto que impide que la educación sea igual para todos los alumnos y, que por el contrario, exige una metodología adecuada para cada grado, considerando la fase de pensamiento en la que se encuentra el sujeto. Respecto a la enseñanza de la historia, Piaget, considera que una historia de nombres, fechas y datos aislados e inconexos, carece de sentido; considerándola como una historia poco inteligente cuyo aporte a la ciencia es mínimo.

B) El psicólogo ruso Lev Vygotsky (1896 – 1934), considera al sujeto como un ser eminentemente social y, al conocimiento mismo como un producto de la sociedad; en donde todos los procesos psicológicos superiores (comunicación, lenguaje, razonamiento, etc.), se adquieren bajo un contexto social y luego se interiorizan. Esto obliga al maestro, a que la clase no sea un monólogo, sino un espacio de interacción entre el profesor y el alumno, dando importancia al trabajo grupal. La persona que tenga más oportunidades de aprender, logrará un mejor desarrollo cognitivo, pues tendrá el reto de no quedarse en lo que hace. Lo cual exige al maestro a una mayor exigencia individual y a la vez una mayor sensibilidad a los avances progresivos que el alumno va realizando.
Para el maestro es primordial conocer lo que el niño sabe, para determinar lo que él y la escuela pueden brindarle, con el objetivo de poder ampliar su potencial. Por ello la necesidad, al impartir el dictado del curso de historia, de escoger un buen texto, los materiales auxiliares adecuados y los tipos de experiencia adecuados para ser aplicados en el aula.

C) El psicólogo norteamericano David Ausubel (1918), destaca que el conocimiento que se trasmite en cualquier situación de aprendizaje, debe estar estructurado no sólo en si mismo, sino en relación al conocimiento que ya posee el alumno, resaltando que todo nuevo conocimiento se asentará sobre el que ya se tiene y que, por lo tanto, el conocimiento debe ser una actividad significativa para la persona que aprende. Aprender, es sinónimo de comprender y, lo que se comprenda será aquello que recuerde con mayor facilidad.
Esto obliga al maestro a realizar una exposición organizada de contenidos, convirtiendo al alumno en protagonista de su aprendizaje y al profesor en un facilitador del mismo.


Teniendo en cuenta a estos autores, puede hablarse de tres tipos de constructivismo. 1) Aquel que sostiene que el individuo puede aprender de manera autodidacta. 2) El que considera que la interacción social, favorece al aprendizaje mediante la creación de conflictos cognitivos, que producen cambios conceptuales. 3) Aquella en donde el conocimiento no es un producto individual y que sólo se logra el aprendizaje a través de la interacción social.
Estos elementos contribuirán a un mejor aprendizaje del conocimiento histórico, sin caer en la aplicación dogmática de estos principios, sino por el contrario, seguir en una constante profundización de los datos y teorías que se desarrollan al respecto, ampliando los conocimientos de la enseñanza tradicional.
No se trata de eliminar datos y hechos, sino de establecer una relación complementaria entre los diversos tipos de contenidos. Los datos, deben ser recepcionados para relacionarlos, interpretarlos y criticarlos; considerando a la información como una necesidad del proceso de aprendizaje. Destacando que los hechos en sí, son meros datos, pero los conceptos son elaboraciones personales.


2. EVALUACIÓN

Dentro de la evaluación, se debe considerar la taxonomía de los conocimientos procedimentales, que nos presenta las siguientes etapas: adquisición, análisis, comprensión, comunicación y organización de la información y, realización de inferencias. Tomándose en cuenta no sólo el producto final, sino la elaboración del aprendizaje, el ritmo y estilo del alumno.


3. EL HISTORIADOR Y LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

El historiador Pablo Macera, propone en una entrevista realizada en la revista “Educando” que el conocimiento de lo que ocurrió, tiene como objetivo principal introducir elementos que permitan manejar la proyección del futuro y resolver los problemas que hoy se experimentan.

La historia no sólo es el encuentro con el pasado, sino la posibilidad de entender el presente, conjugando sus múltiples y diversos procesos. Es deber de todo aquel que enseña historia, preguntarse acerca de su relación con el proceso histórico en si e imaginar futuros posibles y así, incentivar a sus alumnos a desarrollar en la medida de sus posibilidades a hacer lo mismo, invitándolos a cuestionarse sobre el porqué de cada hecho y sus posibles consecuencias en distintos ámbitos. Incluso, si es posible, encontrar coyunturas similares en su forma o fondo entre los procesos del pasado y el presente.

Jorge Basadre, unos de los principales historiadores del período republicano, explicó la finalidad de la enseñanza de la historia: “...el propósito de entender lo que pasó, lo que sucede actualmente y lo que el futuro puede albergar; junto con el gusto por conocer para valorizar, ubicar, explicar, interpretar y, sobretodo, comprender; es historicidad...”.
Por ello el desarrollo del curso de historia, tiene como objetivo la formación de la conciencia nacional, pudiéndose disgregar en algunos puntos de apoyo:

A) Entender la historia como un proceso, que va desde los primeros hombres en el tiempo y en el espacio hasta nuestros días, convirtiéndolos en actores de una realidad social, objetiva, compleja y dinámica.

B) El hombre no es un ser pasivo en la historia, sino su protagonista, ya que es con su actividad que se va haciendo historia.

C) Se hace necesario comprender nuestra realidad histórica, para identificarnos con nuestra identidad nacional. Con ello, se podrá evitar el concepto tradicional de la historia, utilizada por los grupos de poder para establecer su hegemonía ideológica y cultural.


4) LIMITACIONES DE LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LAS ESCUELAS

Para entender, de un modo más integral las limitaciones de la enseñanza de la historia en la escuela, se deben considerar algunos elementos:

A) El contenido propuesto en el currículo y los textos oficiales, en donde muchos de ellos, se refuerza la tendencia acumulativa y memorística, que dificulta al estudiante a construir una relación entre los hechos históricos. Requiriéndose más memoria que inteligencia.

B) La falta de infraestructura, para la enseñanza de la teoría histórica, es decir, libros, videos, mapas, aulas adecuadas, número de alumnos, computadoras, etc.

C) La interpretación unilateral de la historia, sin dar paso a las opiniones de los alumnos, desligándolos del contexto y coyuntura histórica.

D) La falta de un mayor dinamismo entre quienes interactúan en la enseñanza histórica, emisores y receptores, es decir, profesores y alumnos.

E) A pesar de que se enseña más historia que en otros países sudamericanos, no se ha logrado una sólida conciencia histórica a nivel social. Basadre, afirma que el problema de la enseñanza de la historia, es también un problema de metodología.
Por ello mismo, alimentamos este criterio, con la falta de una concepción histórica por parte de quienes imparten el conocimiento histórico. Dejando de lado la integración curricular de la historia y las demás ciencias sociales: geografía, filosofía, economía, cívica, etc.). Y el divorcio entre la lectura del texto y el contexto, entendiéndose que es imprescindible su relación.


5) CONCLUSIÓN

El historiador Wilfredo Kapsoli, con el fin de recordar a todos aquellos que enseñamos historia, cuál es la finalidad de la misma, apoyándose en dos criterios.En la historia como ciencia e ideología.
Dentro de la primera categoría está “...el desentrañar los misterios del pasado, reconstruir episodios que permitan la comprensión de los problemas de una realidad”, por tanto, “...el historiador, es el estudioso que tiene la obligación de poner al tapete fenómenos que deben incorporarse al conocimiento y la comprensión nacional, americana y mundial”.
Y como ideología, debe tenerse en cuenta que “...la historia es una disciplina que aún antes de ser ciencia cumple un rol activo”, puesto que, “...permite lograr una conciencia nacional y popular...”.


BIBLIOGRAFÍA

A) Mario Carretero. “¿Qué es constructivismo?”. Revista “Signo”, año VIII, número 83. Enero del 2000.
B) Luis Guerrero. “Aprender a ser componentes: Nuevo desafío de la educación básica”. Revista “Signo”, año IX, número 84. Febrero del 2000.
C) Jesús Guzmán y Gerardo Rojas. “La teoría socio cultural de Vigotsky”.
D) Juan Ignacio Pozo. “Las estrategias, como un contenido del currículo”. Edición: Facultad de psicología, de la Universidad autónoma de Madrid. 1993.
E) Jaime Díaz castañeda y Jaime Ospina Ortiz. “La enseñanza de la historia como una estrategia de integración”. Edición: SECAB – Colombia. 1995.
F) Josefina Vásquez y Pilar Gonzalbo. “La enseñanza de la historia.”. Edición: Compiladoras – OEA. 1994.
G) Wifredo Kapsoli. “La enseñanza de la historia, desde dos áreas”. Revista “Tarea”. 1984.

lunes, febrero 07, 2005

Resumen / La burguesía peruana y la penetración imperialista (1910 - 1930)

AUTOR DEL TEXTO JOSÉ LUIS RÉNIQUE

El capital proveniente de los Estados Unidos a inicios del siglo XX, se concentró en actividades financieras, comerciales y en transportes; utilizando como referencia el capital inglés. Se diferenció de él, por la producción directa de materias primas agrícolas y especialmente mineras, provocando nuevas contradicciones sociales.
El ingreso de este ingente capital fue generado por la burguesía peruana, quien buscó extender sus capitales con este movimiento imperialista. Extendiendo el ideal por el cual, el crecimiento de la economía peruana estaría dado a partir del ingreso del capital norteamericano, quien sería capaz de dominar la difícil geografía peruana, extendiendo al mismo tiempo su civilización por toda la región.
Aceptaron el ingreso de este capital los grupos comerciales y urbanos, a diferencia del grupo señorial, quien veía vulnerados sus intereses económicos (Contrato Grace).
Augusto B. Leguía, durante su período como Ministro de Hacienda (1903) y como Presidente del Perú (1908 – 1912 y 1919 – 1930); buscó a través de variadas reformas facilitar este ingreso. Afirmaba que la disgregación de la clase propietaria era uno de los principales factores para el retardo de la economía peruana. Para él la solución de este problema se apoyaba en la centralización del aparato estatal, dejando como único interlocutor político económico a la burguesía, dejando de lado a la clase terrateniente.


El elemento vital para el asentamiento del capital norteamericano en el Perú, fue la presión ejercida por el Departamento de Estado Norteamericano, quien quebró la resistencia del Congreso y cualquier institución gubernamental con el objetivo de extender su monopolio, como la Cerro de Pasco Corporation y el Código de Minería de 1901. Esto provocó el interés norteamericano en los asuntos políticos y económicos de Latinoamérica.
Los representantes norteamericanos en el Perú, observaron una división de la élite partidaria en su acción y participación en las acciones públicas del país. Por el contrario, observaron en el presidente Leguía, poca identificación con la oligarquía, y una mayor preocupación por el saneamiento urbano, obras viales y alentar el ingreso del capital extranjero. Por ejemplo, la venta de la Administración Nacional de Recaudación a capitales norteamericanos, con poco éxito y concesiones distintas a las planteadas originalmente, por considerar al Perú como una agente económico insuficiente para generar un crecimiento económico, según la banca norteamericana, a pesar de la exigencia del sector agro extractivo, los industriales y exportadores norteamericanos. Estos hechos aletargaron el crecimiento económico planteado por Leguía durante su primer gobierno.
El acceso al poder en 1912 de Guillermo Billinghurst, hizo tambalear el orden oligárquico peruano y por consiguiente los intereses norteamericanos. Su carácter populista en los sectores urbanos, a través de una serie de concesiones, jornada de 8 horas a los trabajadores de los muelles del Callao, provocó por parte de los obreros la extensión universal de la nueva jornada laboral a todos los trabajadores. Esto generó, el apego de la burguesía local y los capitales norteamericanos, a examinar con mayor detenimiento la importancia del ejército en el regreso al orden, venido a menos por las innumerables huelgas generadas hasta los años 20. Por ello, la alianza con los militares en el golpe militar de Oscar R. Benavides (1914 – 1915); aceptar las múltiples reelecciones del leguiísmo durante la década del 20. Mucha de esta proclive inestabilidad, fue justificada por el origen racial y cultural de la población peruana, que ponía en peligro “la civilización peruana”.
Hacia 1916, políticos y dirigentes de negocios estadounidenses, entendieron que para generar una mayor expansión del capital norteamericano, era necesario un cambio en las reglas del comercio y la inversión internacional, resolviendo los conflictos internos entre banqueros y manufactureros, importadores y exportadores, industriales y agricultores; buscar reformas comerciales que desplacen al capital británico y buscar nuevos mecanismos de estabilización política. Hacia fines de 1920 la expansión de la banca de Wall Street, llegó a 180 en todo el mundo. Jugando un papel mucho más preponderante el Departamento de Estado Norteamericano, como conductor de su política exterior. La Primera Guerra Mundial, mayores mecanismos de autoabastecimiento y el control de las comunicaciones aceleraron este crecimiento imperialista.
De esta manera el ingente capital norteamericano asentado en Latinoamérica, se convirtió en el modelador y arbitro de la política y economía del hemisferio sur. Trasmitiendo subliminalmente o directamente, según sea el caso, como pilar de las democracias, el exterminio de los desordenes sociales.
Un ejemplo concreto de ello es el “oncenio” leguísta, quien se sintió respaldado para enfrentar con dureza a la oligarquía y al civilismo; pero este respaldo se sostenía, en la facilidad legal dada por el mismo Leguía para el ingreso masivo del monopolio norteamericano.
Pero este pacto generaría al leguiísmo el éxito de su programa económico, buscando los recursos necesarios para asegurarse el respaldo de los sectores populares. Esto se generaría, a través de la centralización estatal que ayudaría a la explotación capitalista de los recursos del país; y una segunda etapa integrada por concesiones y la construcción de obras públicas (carreteras, ferrocarriles, muelles, etc). Pero la planificación planteada, se vio truncada por los reajustes económicos oriundos de la primera guerra en Europa.
A pesar de estos problemas, el capital norteamericano afincado en el Perú, justificó los rasgos autoritarios del régimen leguiíista y su política tributaria, esgrimiendo que dichas acciones serían claros síntomas de estabilidad y crecimiento en el orden político, social y económico, no sólo del Perú, sino también de la urbe Latinoamericana. Esto posibilitaría la posibilidad de acceder a préstamos por parte de Suramérica.
Estos préstamos permitirían la sobre vivencia del régimen, el fin de ello determinarían su colapso. La crisis de 1929, redujeron los gastos y por consiguiente frenaron las política de obras públicas, de ahí el aumento de las críticas y el rechazo al régimen. Por ello la revolución de Arequipa encabeza por Luis M. Sánchez Cerro, el cual debilitaría el fortalecimiento de la naciente burguesía peruana, la cual a pesar de ello, buscaría su retorno en 19933 aliado nuevamente con el ejército.


CONCLUSIÓN
Por Idel Vexler Tello

No es extraño, el manejo económico y político de los países latinoamericanos por parte del capital norteamericano, y su capacidad de ingerencia en temas que superan su interés cercano. Problemas limítrofes (Colombia y Chile en lo que se refiere al Perú), por ejemplo. Pero el acceso del monopolio norteamericano en el Perú, tiene como eje a la burguesía peruana, que florecía y que buscaba su rápido ascenso a través del acceso con el comercio exterior ¿Cómo podía acceder a ello? Invitando al capital extranjero a formar parte de la extracción de recursos, en territorio suramericano. Que condiciones se exigían para tal propósito, reformas que lo favorecieran, desaparición de todo tipo de desorden social (a cualquier costo), y decisión en los temas de interés doméstico. Para ello lucharon la naciente burguesía peruana a costo de enfrentarse a la oligarquía o grupo social que fuere. Pero el sostenimiento de ello debía contar, con apoyo popular y con herramientas necesarias para hacer frente a cualquier momento que hiciera peligrar este sistema. Por ello fueron pilares las OBRAS PÚBLICAS y el EJÉRCITO. Cuando una de las partes dejaba de apoyar, caía el régimen y todo el sistema que lo acompaña, por ejemplo, Billinghurst (1912 – 1914), Leguía (1919 – 1930), los enfrentamientos con el aprismo, el belaundismo (1968), Velasco (1975), etc.

Powered by Blogger
BlogsPeru.com

 Bitacoras.com
Google
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. onetreehill.forum.free.fr/radio.blog/?autoplay=78