Biografía / Carlos Tévez
SU FAMILIA
Se crió junto a sus padres Adriana y Segundo en el barrio Ejército de Los Andes, un sector denominado como “Fuerte Apache”, y considerado como uno de los sectores más conflictivos de Buenos Aires.
Fue en los potreros, donde aprendió a jugar fútbol junto a chicos mayores que él. Tiene cuatro hermanos, todos menores. Es muy apegado a su familia, él se define como una persona “muy familiar”.
¿Apodos?, ha tenido muchos. Entre otros, Apache, Toro y por supuesto, el manchado. Este último, por una cicatriz que recorre su cuerpo desde la oreja derecha hasta el pecho, producto de una quemadura con agua hirviendo que sufrió cuando tenía sólo diez meses de vida.
Tévez es modelo publicitario de Nike. Admira a Diego Maradona y posee como “modelos” a Ronaldo y Gabriel Batistuta.
INICIOS XENEIXES
Antes de Boca Juniors, jugó en la inferiores de All Boys (de la divisiones de ascenso de Argentina). Sus goles y espectaculares corridas le valieron un paso, aún en edad de juveniles a Boca Juniors. Sería en el equipo de la rivera donde el delantero alcanzaría la gloria.
Debutó en primera división en noviembre de 2001, fecha desde la cual se ha tapado de éxitos. La ida de Carlos Bianchi como DT de Boca, generó un 2002 aciago en triunfos. El regreso de Bianchi a Boca en el 2003, revitalizó al equipo y a Tévez; sus goles llevaron a los “xeneixes” a conseguir la Copa Libertadores, la Intercontinental y el Torneo de Apertura argentino. En el 2004, consigió la Copa Sudamericana, ahora bajo la dirección de el “Chino” Benítez.
Quienes esperaban su pase a un millonario club europeo, se sorprendieron cuando su destino tomó otro rumbo. A finales del 2004 fue vendido en 16 millones de dólares a la empresa MSI (Media Sports Investment) del iraní Kia Joorabchian quien gerencia al Corinthians. El iraní está relacionado con el gobernador de la provincia rusa de Chukotka, el petrolero Román Abramovich.
DE LA BOCA AL TIMAO
Pero no fueron los millones de dólares ni la presión que genera un equipo como Boca, lo que provocó su éxodo al Brasil. “Las ganas de irme no pasan por lo futbolístico ni lo económico, sino por una cuestión personal, ya que la gente que no me conoce se deja llevar por lo que dice el periodismo y lastiman a mi familia. No puedes salir a tomar un café o a comer tranquilo porque todo el mundo te persigue. Sales y tienes a un periodista en la puerta del restaurante. O estas con tus amigos y ya dicen que eres borracho. Tengo 20 años y quiero estar tranquilo, vivir mi vida. Soy así, simple, común, como todos. En estos momentos no estoy disfrutando del fútbol... Todo esto influye en mi juego y en la salida de Boca”, agregó.
Para Carlitos (llamado así por sus amigos), su estancia inicial en el club paulista no fue fácil. Después de algunas rencillas con algunos compañeros por cuestiones de sueldo y, derrotas continuas del Corinthians en el campeonato paulista; los meses y la convivencia devolvieron la calma al equipo.
Poco a poco, su juego y los goles lo llevaron a ser un referente para sus compañeros, al punto de que pasó a ser el capitán del equipo y quien negocia los premios de la plantilla con la directiva del club. “Cuando yo llegué, cada uno hacía la suyo. No le pagaban a un chico y al capitán no le importaba. Todo eso se fue hablando, a medida que uno fue agarrando confianza con los compañeros y los técnicos”, dice.
En referencia a la afición paulista dice, “es muy lindo” ver a la afición con las camisetas de la selección de Argentina o de Boca Juniors. “Carlitos o Carliños”, como lo llaman en Brasil, cree que el secreto pasa por no haber hablado nunca de la rivalidad entre las dos potencias futbolísticas de América y no ofender a ninguno de los dos países, “eso les hace sentir como que yo no soy argentino. Para ellos yo soy uno más”, sostiene.
Con el Corinthians logró el certamen brasileño del 2005 y se le consideró el mejor jugador de dicho torneo. Lleva 31 goles en 54 partidos. Su camiseta es la segunda más vendida del país, después de la de Ronaldinho con la selección brasileña. La prensa local ha llegado a definirle como el “Emperador Carlitos”.
El cariño de los hinchas, lo ha llevado a decir que respetará la totalidad de su contrato con el club paulista (2009). Dejando de lado ofertas, como las del Inter de Italia o el Chelsea inglés.
Su idolatría en el “timao” le ha generado ser tema de debate con el presidente del Brasil. “No quiero hacer un juicio precipitado y tendremos que esperar para ver, pero temo que no va a resultar” dijo Lula. Esto no llama la atención en el Brasil, puesto que es consejero vitalicio del Corinthians, el segundo club más popular de Brasil después del Flamengo. Sus goles y habilidad, lo convencieron, a tal punto que lo llevaron a querer entrevistarse con el 10 paulista ante la incredulidad de “Carlitos”.
El jugador dijo que sigue pensando en retirarse cuando cumpla 28 años tanto por su “cuerpo” como “para poder disfrutar de su hija” Florencia y ratificó que si alguna vez vuelve a Argentina para colgar las botas “lo haría en Boca”.
LA MÚSICA
Tévez formó en Buenos Aires, una banda de cumbia, la cual denominó “Piolavago”. Sus éxitos, se trasladaron a la música; en Argentina vendió 30 mil copias y ganó un disco de oro. Y está a punto de lanzar un CD en el propio Brasil.
LA SELECCIÓN
Su primera aparición en el seleccionado se produjo en el Campeonato Mundial Sub-17 de Trinidad y Tobago 2001, donde aportó con dos goles para el cuarto puesto conseguido por el equipo de Hugo Tocalli. En la sub-20, se adjudicó el torneo sudamericano 2003 en Uruguay. Un año después fue subcampeón de la Copa América 2004 disputada en el Perú, y luego resultó ser la gran figura de los albicelestes en los Juegos Olímpicos de Atenas del mismo año, en donde el equipo argentino ganó la medalla de oro, invicto y sin goles en contra.
Ese año de éxitos, lo consagró como el mejor futbolista de América, según la encuesta que realiza el diario uruguayo “El País” entre los periodistas más destacados de América y Europa.
ACTUALIDAD
Este año lo enfrenta a varios desafíos. Intentar repetir el bicampeonato en el “brasileirao” con el Corinthians y quizás, su mayor reto el Mundial de Alemania.
Su velocidad, desconcertante cambio de ritmo y llamativa frialdad para definir, concilian con su máximo esfuerzo dentro y fuera de las canchas. Lo que ha provoca el cariño de los hinchas de todo el mundo.