Opinión / ¿Criterio dirigencial?

A cada momento quiénes dirigen nuestro fútbol, se encargan de hacernos recordar que nuestro balón pie puede vivir en el desorden, el caos, la informalidad y sin un proyecto deportivo coherente.
¿Cuál es el objetivo de una dirigencia en cualquier ámbito? Tener una política a seguir dentro de un período determinado de años, saberse capaz, enfrentar y solucionar los problemas con inteligencia y, organizar sus ingresos y egresos; por citar algunas funciones básicas.
¿Cumple nuestra dirigencia deportiva, y en especial la del fútbol, con esta cuota mínima e indispensable de organización?
La respuesta es tan obvia que resulta repetitiva hacerla mención. Pero se hace tan latente con hechos o acciones que nos orientan sobre el conocido fracaso.
¿Qué razones llevaron al la Federación Peruana de Fútbol (FPF) a no continuar con el proyecto deportivo del Sr. Ternero? Cinco partidos eliminatorios son capaces de evaluar la capacidad en su totalidad de un profesional del deporte. ¿Cuáles fueron las razones de su contratación? ¿Su valor profesional, sus éxitos deportivos o la presión popular? Si fuese esto último, ello administra a los débiles y a los incapaces.
Ante esto surge la misma pregunta ¿Qué razones se esgrimen para que la FPF contrate al Sr. Navarro como Director Técnico (DT) de la nacional? Si la negativa a la renovación de Ternero se le esgrimía la proximidad electoral en la FPF, que lógica tiene el contrato de Navarro. ¿Sólo los 7 partidos amistosos?
A Ternero lo acompañaban sus éxitos continentales, a ¿Navarro? No se pretende negar su progresivo crecimiento como DT, su encomiable labor en el desaparecido Estudiantes de Medicina de Ica y su seria labor en Cristal, Huaral o Sport Boys; pero sin éxitos deportivos relevantes.
Si la FPF pretendió hacer un símil con Alemania u Holanda, quienes tienen como entrenadores a ex delanteros de innegable trascendencia. Si aquél fue el criterio, no pretendamos más de lo que existe.
Si se escogió al ex DT de Cienciano, por lograr para un equipo peruano un bicampeonato continental de clubes, si se tomó en cuenta el convencimiento que supo imprimir al jugador peruano de que se pueden alcanzar objetivos, ¿qué relación existe, si es que la hay, para escoger a Navarro, entendiendo la necesidad de continuar un proceso?
Viendo todo esto, es lógico pensar que los que dirigen el deporte más popular del Perú, no tiene una idea clara a seguir, ni lo que significa un proceso, ni el perfil técnico que debiera tener quien encabeza la selección adulta.
No hay que ser un mago ni mucho menos un científico social, para sostener que el resurgimiento del fútbol peruano bajo estas condiciones será difícil.
Quizás por ello siempre resulte muy añejo pero a la vez presente los videos de España 1982.