Opinión / ¡Yo hago lo que me da la gana!
Por Idel Vexler Tello
Fue la frase que utilizó Marco Ciurlizza, jugador de Alianza Lima, para justificar su detención en la comisaría de Pueblo Libre y su consumo excesivo de alcohol, horas después del partido por copa libertadores del año 2003, frente al Olimpia del Paraguay.
No es exclusividad de Ciurlizza, utilizar esta o cualquier otra frase para justificar un acto de indisciplina deportiva. En el ámbito del fútbol la lista es extensa. Waldir Sáenz (Alianza Lima) y Juan Flores (Universitario) exigieron, su derecho a divertirse en discotecas, en honor a su juventud; Carlos Flores (Deportivo Wanka), reclamó a la prensa su derecho a la privacía, durante un compartir de cervezas con unos amigos; podríamos seguir mencionando un sin número de futbolistas, que por aparecer en algunos diarios deportivos o de espectáculos, por ciertas jugadas o por amoríos con vedettes, se creen con derecho a subestimar la inteligencia de las personas.
Cualquier persona, tiene derecho a hacer con su vida, lo que desea; pero queremos insistir en lo necesario que es la disciplina, en la práctica del deporte. Hemos apreciado en la prensa en repetidas oportunidades a futbolistas tomando licor, fumando, trasnochando o con excesivo peso. ¿Cuánto les ayuda esto en su actividad deportiva o equilibrio emocional?
El hábito particular de fumar acelera y disminuye la capacidad física y pulmonar. El consumo de alcohol, genera alteraciones visuales, deshidratación, pérdida de horas de sueño y un gasto en calorías. Un deportista que fuma y bebe alcohol, verá disminuida su potencialidad, en comparación con otros deportistas.
La práctica deportiva conlleva una alimentación balanceada, pues el ejercicio físico provoca la pérdida de agua, electrolitos y calorías. Una adecuada alimentación en carbohidratos, proteínas y grasas, permitirán la reposición de este desgaste.
En referencia a las drogas, su consumo entre los deportistas a aumentado. En personas que la consumen provoca alteraciones circulatorias y respiratorias, genera la disminución de la alimentación, siendo el desgaste físico y mental mayor. Por ello, lo perjudicial que es para cualquier persona y mucho más, para un deportista, el consumo de alcohol, tabaco o drogas, además de una mala alimentación.
En la práctica del fútbol, los deportistas disciplinados tienen mayor posibilidad de alcanzar el equilibrio emocional y profesional, que la vida les exige. Este hecho no excluye a los futbolistas peruanos. Nolberto Solano, Claudio Pizarro, Jefferson Farfán y Paolo Guerrero; han entendido que además de su talento, el fútbol de hoy exige esfuerzo físico, que no se alcanzará si se sigue bajo el camino de la indisciplina.
Esto nos acercará a responder la pregunta que todo el mundo deportivo se hace ¿porqué antes clasificábamos a mundiales de fútbol y hoy ni siquiera podemos ilusionarnos con ello?. Pues hoy, el talento no es el único instrumento para alcanzar nuestras metas deportivas, se hace necesario una verdadera organización dirigencial y una disciplina rigurosa entre los deportistas.
Los ejemplos de indisciplina deportiva en el fútbol mundial son muchos, los mismos protagonistas afirman lo difícil que ha sido compaginar su actividad deportiva con sus problemas extradeportivos, por ejemplo; el alcoholismo del irlandés Roy Keane (Manchester United), las trasnoches del brasilero Romario (obligado a ir al fútbol qatari para recuperar sus inversiones en bailes), y los estragos psicológicos que ha causado el consumo de drogas en el argentino Diego Maradona.
Ojalá se tome conciencia que la disciplina y el orden en la vida, son pilares fundamentales para cualquier actividad, ya sea para un médico, arquitecto o futbolista. Que cualquiera tiene derecho a divertirse, pero con moderación. Para un deportista de cualquier rama, su principal arma para el éxito es el cuidado de su cuerpo, si desea alcanzar el éxito.
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